Nació  en La Pampa, República Argentina. Vivió siete años en Ginebra, Suiza. Prosiguió sus estudios de música que más tarde, de regreso a su país, abandonará para dedicarse íntegramente a la pintura. Recibió las primeras enseñanzas vinculada con Andreina Baj, discípula en Turín del maestro Felice Casorati. Mas tarde frecuentó los talleres de Emilio Pettoruti y de Horacio Butler y finalmente trabajó durante tres años con el maestro Santiago Cogorno.

En 1971 hizo una primera exposición en la Galería «Cadario» de Milán y en 1972 en la galería Wildenstein de Buenos Aires. En 1973 vuelve a Milán y en 1976 ingresa a la prestigiosa Galería Rubbers, fundada en 1957 y a la que pertenece desde entonces.

Expuso en EEUU, España, Venezuela, Uruguay y México.

A partir de 1974 se unió con el escritor Angel Bonomini. Se sucedieron continuos viajes y frecuentes estadías en el exterior, particularmente en Italia, compartiendo proyectos y trabajos. En 1996 hace una primera muestra de escultura. Fue determinante en su obra su interés, y sus viajes a Africa del Norte. El desierto, los grandes espacios, el mar y la llanura le sugirieron las formas esenciales a las que se referirá luego Elba Pérez diciendo: «La obra de Vechy Logioio se atiene a las formas esenciales y al comportamiento de los materiales utilizados. Sin referencia, sin anécdotas, la propuesta formal de Logioio opera en profundidad. Este comportamiento se observa en las esculturas de potencial monumentalidad. Esta cualidad estaba presente en su pintura, tan despojada como eficaz para formular anécdotas», o Alicia de Arteaga, cuando señala que «son formas arcaicas o absolutamente contemporáneas en su tratamiento esencial y minimalista».